Las Azoteas La segunda vivienda en la que mi familia de cuatro integrantes, en ese momento, se asentó, fue un departamento en una quinta en Miraflores, de ese espacio tengo los mejores recuerdos, por haber hecho todo tipo de estupideces, estoy totalmente segura de que si les preguntan a mis padres debe de haber sido la época de mi vida en la que más cerca estuve de morir o de matarlos mientras trataban de rescatarme. Una de las virtudes que tengo desde tiempos inmemoriables, es que para hacer mis estupideces me aprendo los hábitos de los integrantes de mi casa, así puedo pasar desapercibida hasta ese momento en que es evidente mi ausencia. Aprenderme los hábitos de mis papás y de mi nana, mi Yuly fue súper fácil. Mi viejo llegaba de trabajar, se sacaba el terno, dejaba su maletín, se tomaba un jarra de limonada, cenaba con mi mamá y conmigo a las 7:30 y a las 8 estaba en pijama en la cama viendo el estelar de las noticias en el 5. Mi mamá fluctuaba, a veces llegaba un ...
La piscina Buenas, buenas, ¿Cómo van? por acá en plena menopausia, disfrutando de este mágico momento de absoluto caos hormonal. Ya me dieron el alta de la gripe que me tenía encarcelada en mi casa. Este domingo tras esperar tres semanas, trepándome por las paredes, regreso a la piscina. Claro, si todas las condiciones se dan, porque de hoy al domingo podría pasar cualquier cosa. Pero he decidido que el domingo nado, así tenga que llenar mi tina, ponerme los lentes y que alguna de mis hijas me agarre de los pies. Ya que he tenido más tiempo para meterme en mi mundo, organizarme y reflexionar sobre porque caí en este resfrío, he estado recordando mis primeros contactos con el agua. Cuándo tenía 5 años, a mis padres los invitaron a una comida "elegante" era en la casa de una tía que vivía en San Isidro. Está tía no tenía ningún vínculo consanguíneo conmigo, en realidad estabamos en la casa de la tía millonaria de una amiga de mi mamá que se había ido de viaje. La casa era gi...